Retrato de un mandarín en 1800

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Retrato de un mandarín en 1800

Este fue el año en el que se publicó un libro muy interesante, que a través de 60 retratos, intentaba mostrar algunos aspectos de la vida en China al público occidental. Un libro ya del dominio público, del que adaptamos “Un mandarín de distinción, en su hábito de ceremonia.”

La vestimenta de un chino se ajusta a la gravedad de su comportamiento. Consiste, en general, en un chaleco largo que se extiende hasta el tobillo: las mangas son anchas en el hombro, se estrechan gradualmente en la muñeca y se redondean en forma de herradura, cubriendo toda la mano cuando no se levanta. Ningún hombre de rango puede aparecer en público sin botas, que no tienen tacón y son de raso, seda o percal. En traje de gala lleva una larga bata de seda, generalmente de color azul y muy bordada; sobre ella se coloca una sobrecapa de seda que llega hasta la mano y desciende por debajo de la rodilla. De su cuello cuelga un collar de costosas cuentas de coral.  Su gorra está ribeteada de raso, terciopelo o piel, y en la corona hay una bola roja de la que cuelga una pluma de pavo real: son insignias de distinción conferidas por el emperador. El pájaro bordado en el pecho sólo lo llevan los mandarines de alto rango civil, mientras que los mandarines militares se distinguen por un dragón bordado. No se permite el uso indiscriminado de todos los colores. Sólo el emperador y los príncipes de sangre pueden vestir de amarillo; aunque el color violeta es elegido a veces por los mandarines de rango en los días de ceremonia. El pueblo llano rara vez lleva otro color que no sea el azul o el negro, y el blanco se adopta universalmente para el luto.

  Los chinos evitan cuidadosamente cualquier palabra o gesto que pueda delatar ira o cualquier emoción violenta de la mente. Sienten una gran reverencia por sus padres y respeto por los ancianos. Son entusiastas admiradores de la virtud, y veneran la memoria de aquellos miembros de su nación que se han distinguido por su amor a la justicia y a su país. El mérito personal es la única base sobre la cual cualquier hombre puede elevarse a un rango distinguido. Los talentos y la virtud son requisitos indispensables para aquellos que están en el poder; y cuando son deficientes, toda pretensión ventajosa o hereditaria es totalmente rechazada.

De George Henry Mason. The costume of China: illustrated by sixty engravings: with explanations in English and French. London, 1800.

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