¿Contiene el Daodejing el más antiguo mito de la creación de China?

En un artículo de introducción a la mitología china se afirma (por dos veces) que el mito de la creación de Huangdi (el Emperador Amarillo) se debe de considerar uno de los mitos de creación de China, siguiendo el modelo de “creación por un ser supremo”[1]. Desde que lo leí he estado dando vueltas a ese asunto, y creo que no puedo estar más en desacuerdo. Como mostraré a lo largo de este post, el relato del origen del universo a partir del Dao, tal como aparece en el Daodejing atribuido a Laozi, puede entenderse como el mito de creación más antiguo y profundo de la civilización china, y su simbolismo refleja estructuras cósmicas mucho más antiguas que los textos escritos mismos —estructuras vinculadas al chamanismo arcaico, a rituales de orientación cardinal y a concepciones sobre el mundo, como un espacio intermedio entre el cielo y la tierra.

Refutando el mito de creación de Huangdi

El mito de la creación de Huangdi señala que nació como producto del apareamiento de un dragón (u otro ser celestial) con una mujer. De hecho, la idea de que Huangdi (黄帝) es el creador del universo o del orden cósmico es una interpretación relativamente moderna e influida por desarrollos posteriores del taoísmo religioso. Los textos antiguos le muestran más bien 1. Como  héroe cultural, no como dios creador. 2. Como figura política y mítica que establece instituciones. 3. Como parte de una genealogía mítica que comienza antes que él. Su papel no es como dios creador del mundo sino como líder político que lleva una nueva organización al mundo. Una compleja y estratificada que contrasta con la sociedad natural que le precedió, el tiempo de Shennong.

Además, si nos atenemos a las fuentes antiguas, Shennong (神农) y otros personajes como Fuxi (伏羲), Nuwa (女娲), Suiren (燧人) o incluso los llamados Tres Emperadores (三皇), aparecen cronológicamente antes que  Huangdi y están más vinculadas a la formación del orden cósmico y cultural. Por lo que ellos podrían ser creadores de un mundo anterior a Huangdi. Pero ellos tampoco son presentados como creadores del mundo en los textos antiguos:

Shennong es presentado como un héroe cultural proporciona el conocimiento de la agricultura y la medicina. No es un dios creador en sentido estricto, pero sí un transformador del mundo natural, dotándolo de significado práctico para los humanos, como un gobernante ideal en sintonía con el Dao.

Desde el período Han temprano Fuxi y Nuwa eran vistos como creadores de la humanidad. Pero en realidad Fuxi es otro héroe civilizador que inventó los trazos del Yi (cambios), la primera escritura, establece el matrimonio, enseña la caza, etc. Mientras que Nuwa crea a los humanos a partir del barro (similar a otros mitos de creación), y repara del orden cósmico tras un cataclismo, pero no crea el mundo.

Otros personajes anteriores a Huangdi son descritos vagamente, y los textos antiguos tampoco proporcionan ninguna fuente como para considerarlos creadores del mundo. El famoso mito de Pangu (盘古), el gigantesco ser primordial que muere al separar el cielo y la tierra, no aparece hasta el siglo III, por lo que se descarta igualmente.

El mito del Dao: La visión más antigua del origen

En contraste con todos los anteriores, el Daodejing ofrece una visión abstracta, pero profunda, del origen del universo: (capítulo 42).

“道生一，一生二，二生三，三生万物。”
(“El Dao da lugar al Uno, el Uno al Dos, el Dos al Tres, y el Tres da lugar a las diez mil cosas.”)⁷

Esta frase no solo describe una emergencia múltiple desde el uno, sino que refleja una estructura cósmica tripartita. Además el Dao es presentado como origen absoluto, más allá del nombre, del tiempo y del espacio.

“无名天地之始，有名万物之母。”
(“Lo sin nombre es el principio del cielo y la tierra; lo nombrado es la madre de las diez mil cosas.”) – Daodejing, cap. 1.

Si buscamos en fuentes más antiguas, en el Libro de los Cantos lo más parecido a un mito de la creación es el poema que narra el nacimiento milagroso de Houji (后稷), ancestro del pueblo Zhou y fundador de la agricultura entre ellos.

«Ella pisó la huella del Di (帝), y sintió alegría; allí se detuvo, allí descansó. Quedó encinta, desde entonces hasta el parto, y así nació Hou Ji.»)

Este relato tiene un fuerte contenido simbólico. La madre de Hou Ji queda embarazada tras tocar la huella de Di, lo cual parece sugerir una concepción semidivina. Pero además, este relato está relacionado con mitos actuales de las minorías de China, como uno de los Dai que atribuye la concepción de la Muchacha Elefante al momento en que su madre pisa una huella de este animal.

Descartando estos motivos anteriores nos queda que la frase del Laozi es la más antigua cosmogonía china. Algunos autores la rechazan porque es demasiado breve para ajustarse a las definiciones de mito, y le dan un carácter puramente filosófico. Creo que si tomamos el término en un sentido más amplio —una visión simbólica del origen del orden cósmico—, ese texto puede considerarse el primer gran «relato de origen» coherente del pensamiento chino.

El relato de la creación taoísta es considerado mito cuando forma parte de las mitologías de las minorías. Muchas de ellas empiezan narrando «cuando el cielo y la tierra aún no se habían separado» y atribuyen esa separación, creación del mundo, a condensación de materias pesadas abajo y ligeras arriba.

No habiendo textos más antiguos en los que basar esta investigación, podemos buscar en las pistas que nos ha dejado la arqueología. En realidad los descubrimientos arqueológicos de las últimas décadas son tan abundantes y los materiales recogidos tan numerosos que su estudio puede llevar a conclusiones diferentes. Vamos a señalar aquí algunos motivos que refuerzan nuestra idea.

La Cultura Yangshao, c. 5000–3000 a.n.e. Es una de las culturas neolíticas más importantes del norte de China. Destacan por sus vasijas decoradas con motivos antropomórficos y geométricos, incluyendo escenas de personajes danzantes. En algunas cerámicas encontradas en la región de Gansu aparecen figuras humanas bailando en círculo, que podrían reflejar una visión del orden cósmico, donde la humanidad participa activamente en mantenerlo mediante rituales, bailes o sacrificios —una idea que también está presente en muchas religiones chamánicas y agrarias.

En Shimao, que floreció hacia el año 2500 a.n.e., se han encontrado esculturas de ojos tallados en piedra, que posiblemente representen una deidad o fuerza vigilante. Murallas orientadas según puntos cardinales: lo cual indica conocimiento astronómico, y entierros rituales, que sugieren prácticas religiosas complejas y posiblemente una jerarquía social con funciones religiosas.

En Taosi, c. 2300–2000 a.n.e. presenta uno de los primeros observatorios solares conocidos en China. Un sistema de postes verticales que permitía observar la salida del sol en días específicos del año – un verdadero calendario solar primitivo. Este hallazgo muestra que ya en tiempos tan remotos, en China se concebía el tiempo y el espacio como parte de un orden cósmico, posiblemente regulado por entidades divinas o fuerzas naturales.

Por último, en Xishuipo (西水坡), provincia de Henan, se descubrió un chamán enterrado entre dragón y tigre, datado entre el 4500 y 4000 a.n.e. Este es un hallazgo crucial que conecta chamanismo, astronomía y simbolismo cósmico.

Si se juntan todos estos elementos encontramos que el chaman se traslada durante sus viajes chamánicos al cielo y al subsuelo. La visión chamánica divide el mundo en tres niveles: superior, medio e inferior. El poste (como en Taosi) sirve para observar las estrellas pero es también la comunicación entre el cielo y la tierra (por eso atan los animales a sacrificar a un poste, para que vayan al cielo a interceder ante los dioses en nombre de la gente), el mundo del que puede hablar el chamán es el tres (creado entre el 1 y el 2), lo que se ajusta a las ideas taoístas, que siempre se relacionan con los chamanes. No sólo los de las descripciones clásicas del chamanismo siberiano, sino también en rituales chinos muy antiguos, especialmente en tumbas y objetos funerarios de la cultura Yangshao y otras posteriores. Esta estructura chamánica del cosmos está profundamente arraigada en la filosofía taoísta, aunque disfrazada bajo lenguaje metafísico.

Bajo esta luz, la frase del Daodejing, capítulo 42: (El Dao da lugar al Uno, el Uno al Dos, el Dos al Tres, y el Tres da lugar a las diez mil cosas.) se puede ver como una descripción cosmológica:

• Uno (一): el origen indiferenciado, el vacío pleno, el Dao.
• Dos (二): el surgimiento de los opuestos fundamentales – Yin y Yang, cielo y tierra.

• Tres (三): el espacio intermedio. El mundo. Y como tal está presente en ideas chinas posteriores, como la interpretación del carácter Wang -rey, un eje central atravesando tres niveles horizontales. Esta estructura se interpreta como: («Rey es quien comprende el Camino del Cielo, la Tierra y el Hombre.» ) – Shuowen Jiezi.

Conclusión: El Dao como mito de creación distinto, pero profundo

Aunque el Dao De Jing no sea un mito narrativo en el sentido occidental, cumple funciones similares a otros mitos de creación: explica el surgimiento del mundo, define relaciones cósmicas y establece una jerarquía simbólica. Más aún: Es el primer texto conocido en China que articula un modelo cosmológico abstracto. Su estructura refleja ideas más antiguas transmitidas oralmente y plasmadas en rituales chamánicos.

Por todo lo expuesto, creo que contamos con sobradas razones como para descartar completamente que el mito de la creación de Huangdi se pueda identificar con el mito de la creación de China. Por el contrario hay suficientes pistas que sugieren que la breve descripción del origen del mundo en el Laozi encaja perfectamente en la tradición chamánica que señalan los descubrimientos arqueológicos, y como idea antigua que es, se encuentra, con más o menos modificaciones, en las mitologías de muchas de las minorías de China.

[1] Schipper, Mineke, Ye Shuxian, and Yin Hubin (ed.) China’s creation and origin myths : cross-cultural explorations in oral and written traditions. Brill NV, Leiden. 2011. Preface, XI