Algunos vampiros chinos

Algunos vampiros chinos

Ahora tenemos que prestar atención a otro punto, que también se ha tratado en esta obra (Libro I, p. 106): los vampiros jiang shi son antropófagos y se alimentan de sangre humana. Por lo tanto, se correlacionan con los vampiros de Europa del Este, o cadáveres vivientes que salen de sus tumbas y atacan a los vivos para saciar sus ansias de carne y sangre humanas. Los cuentos sobre los vampiros jiang shi chupasangre no han sido encontrados en la literatura china anterior al siglo XVIII, siendo el Zibuyu por el momento la única obra que se sabe que los tiene.

El vampiro enamorado

«Cierto caballero, fuerte y robusto, residente en Huguang, se alojó completamente solo, en un viejo templo budista. Una noche paseaba a la luz de la luna fuera de la puerta, y vio en el bosque a un ser de forma brumosa, que llevaba un pañuelo a la manera de Tang, y que se movía tan ligeramente hacia él que no pudo evitar tomarlo por un fantasma. Cuando le vio dirigirse a la parte más oscura de un pinar y entrar en una vieja tumba, quedó totalmente convencido de que era un vampiro jiang shi.

Había oído que un demonio así no puede hacer ningún mal cuando no ve la tapa de su ataúd. Así que a la noche siguiente se escondió en la arboleda, para observar cuando salía y quitar la tapa de su atáud. Cuando terminó la segunda guardia (después de las 11 de la noche), el cadáver de hecho salió de su ataud, como para una cita. Lo siguió hasta la puerta de una casa grande, en cuyo desván una mujer vestida de rojo había lanzado una cuerda blanca desde la ventana, como para subirle, y el fantasma efectivamente se agarró a la cuerda y subió, entablando entonces una larga conversación sin hacer ningún ruido peculiar.

«El primer acto de nuestro héroe ahora fue volver sobre sus pasos y robar la tapa del ataúd. Habiéndolo ocultado bien, se escondió de nuevo en lo más profundo del pinar. La noche estaba a punto de terminar, cuando el cadáver regresó apresuradamente. Al ver que la tapa había desaparecido, mostró una gran consternación. La buscó por todas partes, y luego salió corriendo por el mismo camino por el que había venido. De nuevo nuestro héroe le siguió. En el edificio de un piso vio los saltos del cadáver y cómo daba rienda suelta a los gritos, a los que respondía el parloteo de la mujer en la buhardilla. Ella le hizo un gesto con la mano, como para indicarle que no volviera más, cuando de repente se oyó el canto del gallo y el cadáver cayó al suelo en el borde del camino. A primera hora de la mañana los transeúntes se reunieron en el lugar y todos se asustaron mucho. Se apresuraron a ir al edificio de pisos para satisfacer su curiosidad: este era el templo ancestral de la familia Zhou, donde se guardaba un ataúd sin enterrar en la buhardilla, y fuera de ese ataúd yacía una mujer vampiro. Los hechos convencieron a todos de que se trataba de un curioso caso de comercio sexual irregular entre tales demonios; por lo que los pusieron uno al lado del otro y los quemaron»[1].

El cadáver sin cabeza

«Un tal Liu, licenciado de grado inferior en Wujiang (Jiangsu), estaba a cargo de algunos alumnos de la familia Jiang en el distrito de Yuanhe. En la temporada de Pureza Brillante (B. I, p. 968) regresó a su casa, pues se le habían concedido nas vacaciones para barrer sus tumbas ancestrales. Cumplido este deber, debería volver a su puesto, y le dijo a su esposa: «Mañana debo irme; cocíname algo de comida a primera hora». La mujer dijo que lo haría, y se levantó con tal propósito con el canto del gallo. Su pueblo estaba en la colina detrás de su casa, frente a un arroyo. La mujer lavó un poco de arroz en ese arroyo, recogió algunas verduras en el jardín, y lo tenía todo listo, pero cuando amaneció, su marido no se levantó. Ella fue a su habitación para despertarlo, pero por mucho que llamara, él no respondió. Así que abrió las cortinas y lo encontró yaciendo en la cama, sin cabeza y sin rastro de sangre. 

«Aterrorizada llamó a los vecinos. Todos sospecharon que había cometido adulterio con un amante y asesinato, e informaron al magistrado. Este grande vino y realizó una investigación preliminar; ordenó que el cadáver fuese puesto en un ataúd por el momento, hizo que la mujer fuese puesta en grilletes y la interrogó, pero esto no aportó ninguna prueba contra ella; así que la envió a la cárcel, y pasaron muchos meses sin que se pronunciase la sentencia. Entonces un vecino que subía a la montaña a buscar leña, vio una tumba abandonada con un ataúd a la vista; era un ataúd bastante sólido y fuerte, pero la tapa estaba un poco levantada, por lo que sospechó que había sido abierto por ladrones. Convocó a la gente; levantaron la tapa y vieron un cadáver con rasgos como los de una persona viva y un cuerpo cubierto de pelo blanco. Entre sus brazos tenía la cabeza de un hombre, que reconocieron como la de Liu, el licenciado. Informaron del caso al magistrado; los forenses ordenaron que se retirara la cabeza, pero estaba tan firmemente sujeta en los brazos del cadáver que los esfuerzos combinados de varios hombres resultaron insuficientes para sacarla. Así que el mandarín les dijo que cortaran los brazos del vampiro jiang shi. Sangre fresca brotó de las heridas, pero en la cabeza de Liu no quedaba ni una gota, ya que había sido succionada por el monstruo. Por orden judicial el cadáver fue quemado, y el caso terminó con la liberación de la mujer de la cárcel»[2].

Estraídos de De Groot- The religious System of China.

[1] Zibuyu cap 12.

[2] Zibuyu, suplemento. Cap 2.

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