Los templos budistas siguen el patrón general de la arquitectura china, lo que hace que por su apariencia externa, uno no sabe que ha llegado a un templo hasta que está ante su puerta, aunque a veces la presencia de un muro protector ante ella ya da una pista, y otras puede asomar sobre los muros la figura de una pagoda o los techos de la torre de la campana o la del tambor, o puede estar rodeado por un muro amarillo.
La mayoría presentan una distribución semejante, que consiste fundamentalmente en una serie de edificios principales alineados a lo largo del eje sur-norte, y otros de menor importancia a sus lados. De esa forma siguen el patrón clásico chino de edificios y patios en toda su estructura, manteniendo los edificios principales orientados al sur, y los auxiliares a sus lados, y presentando en el exterior los edificios destinados al público y los dedicados a ceremonias menores en el interior.
Dos leones protegen el templo
A la puerta del templo, antes de subir los escalones que conducen a la Sala de los Reyes Celestiales, es frecuente encontrar dos leones, protectores del recinto y símbolo de la realeza de las enseñanzas budistas.
La sala de los Reyes Celestiales
Es la puerta propiamente dicha. Tras las dos hojas de la puerta, muchas veces de color rojo o púrpura se encuentran las esculturas de los Cuatro Reyes Celestiales (四大天王) o Lokapala, que son guardianes celestiales de la tradición budista. Como protectores contra los ataques de los espíritus malignos se les coloca a la entrada del monasterio. Con rostro feroz y atuendo militar, cada uno de los reyes se ocupa de uno de los puntos cardinales, y lleva en sus brazos un objeto que le identifica, un parasol, una pipa, una serpiente y una espada. A veces están sentados sobre una piel de tigre, símbolo de realeza. Otorgan la felicidad a aquellos que honran las Tres Joyas (sanbao), es decir, Buda, la Ley y la Comunidad, pero cuando los reyes y las naciones descuidan la ley de Buda, les retiran su protección.
Cada uno pisa con uno de sus pies el cuerpo postrado de un espíritu maligno, a veces con vividas expresiones de terror en su rostro. Su mirad despierta ante cualquier amenaza malvada. El guardián del norte, Vaisramana, o “el de buena fama多闻”, tiene la cara negra, sujeta con su mano una serpiente, o algún otro animal hostil al hombre, pero que por su poder ha hecho sumiso e instrumental a los deseos de su conquistador, que obedece sus deseos y en la otra una perla. Es el único que ha tenido un culto independiente, relacionado a veces con el dios de la riqueza hindú.
El guardián del sur, Virudhaka o «Grandeza aumentada 增长», tiene la cara de color rojo y lleva en su mano un parasol, llamado el Parasol del Caos, formado con perlas que tiene propiedades mágicas, llevado al mundo la oscuridad y tremendas tormentas. El del oeste, Virupaksa o «Ojos grandes广目», tiene la cara azul y lleva en la mano una pipa de cuatro cuerdas, cuando la toca todo el mundo escucha. El del este, Dhrtaratra, o “Protector del reino (持国)» es blanco y lleva en su mano una espada mágica que puede causar tremendos vientos y fuego, y un anillo de jade.
En realidad todos son guerreros, pero como se ve en los templos, están vestidos de diferentes maneras. Por su dominio de los fenómenos atmosféricos se cree que pueden proporcionar buenas cosechas.
En realidad la puerta es una separación entre el ambiente profano del exterior del templo y el sagrado en su interior. Los reyes celestiales mantienen fuera todos los males del mundo e invitan a los fieles a ingresar al templo, un fragmento del paraíso celestial traído a este mundo. Es por eso que los fieles se postran tres veces ante cada uno de ellos y queman unas varitas de incienso en el exterior de la sala.
Los generales Heng y Ho
A veces hay otros dos protectores o vajras, llamados «los dos generales Heng y Ho». con rostros temibles y expresión amenazante. Su papel como protectores a la entrada del templo tiene un sentido más esotérico y tanto la expresión de su rostro (uno está con la boca abierta y el otro con la boca cerrada) como la posición de sus brazos, uno elevado y otro abajo en lo que podría ser un reflejo del baile primordial, los relacionan con la dualidad creadora que origina todo cuanto existe. Dado que aparecen en posición simétrica, se les han achacado diversos simbolismos relacionados con la dualidad del mundo.
El Buda de la Felicidad y el protector Weidou
En el mismo edificio, frente a la puerta, suele haber una imagen de Buda Maitreya (Mile 弥勒), llamado popularmente el Buda de la Felicidad pues se le ve gordito, con el pecho y la parte superior del abdomen descubiertos, y una expresión risueña en la cara. En realidad toma la forma del monje Budai, que se dice vivió en el siglo X, y simboliza que la generosidad y la alegría también forman parte de la doctrina budista, y los pecados humanos (a veces la alegría se considera efecto del alcohol) pueden ser redimidos.
Detrás de Maitreya está la imagen de Weituo (韦驮) o Skanda en sánscrito, que es representado vestido con una armadura completa y sostiene un arma con forma de cetro que normalmente descansa en el suelo. Weituo se ocupa de la protección interior del templo, es decir de que los monjes cumplan escrupulosamente las reglas del monacato. La colocación de su espada también tiene un simbolismo para los monjes que llegan de otros monasterios, indicando o bien la posibilidad de proporcionar comida y alojamiento, o sólo lo primero.
Torre de la Campana y Torre del Tambor
Ya en el interior del templo, a los dos lados del primer patio es normal encontrar una torre de la campana y otra del tambor. Son elementos un poco tardíos en los templos, que se hicieron comunes a partir de la dinastía Ming. Al igual que en las ciudades chinas, eran utilizadas para marcar los horarios de los monjes y llamar a la oración.
La Sala de Mahavira
La sala de Mahavira, llamada de distintas formas según los templos, es el salón principal, el edificio más alto y más grande de todo el monasterio. Generalmente con un gran letrero que dice “Salón Precioso del Gran Héroe 大雄宝殿”, tomando su nombre de uno de los títulos de Buda, «Gran Héroe». En este salón se realizan las ceremonias más importantes, especialmente durante las festividades budistas. Los monjes se reúnen allí para cantar las escrituras budistas dos veces al día, por la mañana y por la tarde.
En el centro cuenta con una imagen de Buda Sakyamuni, en actitud de contemplación, sentado en un estrado de hojas de loto, en diversas composiciones iconográficas. Entre las más comunes está la presencia de una triada de Budas, estando el Buda del Pasado Dipankara y el del Futuro, Maitreya, a los dos lados de Sakyamuni. Otras veces el Buda de la Medicina sustituye a Maitreya. Entre los budas, suelen representarse los dos discípulos más queridos: Ananda, una figura de aspecto joven, y Kashiapa, un anciano. Y a veces hay también otros dos Bodhisattvas, pueden estar un poco más adelante, o en los extremos, son Wenshu y Puxian a menudo toman la derecha y la izquierda del Buda central. Se les puede reconocer porque van montados el primero sobre un león y el segundo sobre un elefante.
En las paredes laterales, en los templos pequeños el tambor y la campana están dentro de esta sala, se pueden ver las esculturas de los 18 arhats o santos budistas, que habitualmente son representados mostrando sus características sobrenaturales, simbolizadas o bien por los objetos que llevan en sus manos o por los animales salvajes que se agachan sumisos bajo ellos (Kuang Ming 1985: 30). Escuchan a Buda, algunos con atención, otros con placer.
Los cuatro rangos de seres iluminados
Como hemos visto, en esta sala principal, se encuentran representantes de los cuatro rangos de seres que se han liberado ya del ciclo de las reencarnaciones. Los discípulos de los rangos inferiores, están representados por los principales discípulos de Sakyamuni: Ananda y Kashiapa; se les reconoce fácilmente porque el uno sostiene un pergamino escrito emblemático de su gran obra, la compilación de los Sutras; el otro descansa sobre un bastón, símbolo de su oficio, como sucesor de Buda. Están con la cabeza descubierta y bien afeitados.
Los dieciocho Arhans (O Luohan) hablan por sí mismos del extraordinario poder, conocimiento y gratificación que han obtenido al escuchar las enseñanzas de Buda, por sus actitudes como conquistadores del mal y defensores del bien, y por la expresión de la inteligencia y el placer que muestran sus rostros. El rango superior a éste, el de los Bodhisattvas, que conjugan un gran conocimiento y poder con un fuerte deseo de salvar a los seres que aún están inmersos en la rueda de las reencarnaciones, está representado en Wenshu y Puxian. Al rango más alto de todos en sabiduría y poder, pertenecen las representaciones de Sakyamuni y los otros budas.
Sala de Guanyin
En el mismo edificio, detrás de las tres imágenes centrales, y mirando hacia el norte, se suele colocar una imagen de Guanyin, la diosa de la Misericordia, con paisajes de rocas, nubes y océanos rudamente tallados en madera y pintados de forma llamativa. A su alrededor suele haber un número indeterminado de santos budistas formando un bello retablo que puede llegar a ocupar toda la pared. A veces es una descripción del Paraíso de la Tierra Pura. Los personajes que aparecen en ese retablo son muy variados. A veces junto a Guanyin está una figura femenina, la «Hija del Rey Dragón», y un joven llamado Shancai (el Joven de las Buenas Capacidades).
Hay personajes menores, puede que otra vez los Cuatro Reyes celestiales, etc. A veces Guanyin aparece con mil manos, simbolizando su deseo de salvar a toda la humanidad, y como tiene un bondadoso rostro femenino y otras veces, en su metamorfosis como diosa de la maternidad, sostiene un niño en sus brazos, los primeros occidentales que visitaron China la consideraron una imagen de la Virgen María con el niño Jesús.
El repositorio o biblioteca, generalmente cuenta con el tripitaka, las escrituras sagradas del budismo, que cuenta con tres partes: las enseñanzas de Sakyamuni, las reglas y regulaciones budistas, y una exposición de las doctrinas budistas.
A estas tres salas principales muchas veces se les van añadiendo más y más salas hasta formar un eje central de 5 ó 6 edificios. Además, las salas laterales, destinadas a ceremonias de menos importancia o más íntimas, como los rituales funerarios por los fieles o la preparación de diversas actividades, a veces proporcionan sorpresas iconográficas. Estas salas también pueden estar dedicadas a algunas deidades particulares del templo, deidades de la longevidad o la riqueza, figuras de importante valor donadas por los fieles, o colecciones personales.
En el espacio que hay entre la Sala de los Reyes Celestiales y la de Mahavira a veces se pueden encontrar dos tipos de composiciones especialmente interesantes. Una es la sala de Dizang, la otra la de los 500 arhats.
La sala de Dizang.
Dizang (o Ktisigharba) es el bodhsattva del infierno. Pero no el que juzga los pecados de los que fallecen sino el que intercede ante Yama, el dios del Infierno y juez principal, en nombre de los fieles, para que sus pecados sean perdonados y las sentencias sean más suaves. Dizang aparece rodeado de nubes y rocas talladas, en cuyos estribos se ven los Diez Reyes del infierno, escuchando sus palabras, que buscan salvar a la humanidad de la castigos sobre la imposición de los cuales presiden. El dios hindú Yama es el quinto de ellos. Las pareces de esta sala a veces están decoradas con escenas del infierno, también para instruir a los creyentes en las buenas prácticas.
La sala de los 500 arhats.
El número de 500 se debe a que según la tradición, eran los que estaban presentes durante el primer concilio budista, justo tras la muerte de Sakyamuni. En medio de una iconografía budista perfectamente establecida, en la que cada elemento de cada uno de los personajes principales debe ser descrito siguiendo una tradición inmutable, esta sala permite cierta libertad a los artistas, y en algunas ocasiones compone conjuntos escultóricos de gran belleza y originalidad. Figuras de colores llamativos, o rostros tan cuidadosamente tallados que las convierten en auténticos museos del arte budista. Las del Templo de bambú en Kunming, o las del Templo Panlong, a 100 km de dicha ciudad, son conjuntos realmente impresionantes.
Imágenes taoístas
Para sorpresa de muchos extranjeros, en los templos budistas a veces se encuentran imágenes de deidades clasificadas como taoístas. Son especialmente comunes las más populares de esta religión, como el Dios de la Guerra, Guandi, el Dios Dragón que proporciona buenas lluvias, el dios de la Longevidad, diferentes deidades de la medicina son ampliamente utilizadas, seguramente para mantener el fervor de aquellos que en tiempo de enfermedad buscan ayuda sobrenatural. El dios de las riquezas, Caishen, cuya popularidad no tiene rival entre todas las divinidades chinas, también puede tener una capilla en el interior de un templo budista.
Referencias:
– Edkins (Dr. J.) : Chinese Buddhism: a Volume of Sketches, Historical and Critical.
– Williams, C.A.S. Outlines of Chinese Symbolism & Art motives. Dover. New York. 1976.
Imágenes:
- Entrada al Templo Longhua, Shanghai.
- Sala de los 500 ahrats del Templo Taihua en Kunming
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