La mayor colección de pinturas de China de hace dos mil años

Nadie duda de que en China existió un arte pictórico desde tiempo inmemorial. De hecho, algunas vasijas de cerámica pintadas, con una antigüedad de varios miles de años, siguen despertando la curiosidad de los arqueólogos, que intentan desentrañar su último significado. hay fuentes que aseguran que los palacios de los Reinos Combatientes estaban decorados con pinturas, y durante la dinastía Han (206 a.C.–220 d.C.) está claramente documentado que las paredes se decoraban con fines educativos: imágenes de sabios, héroes y escenas morales destinadas a inspirar a la corte y a la sociedad.

La tremenda destrucción causada en los siglos anteriores a nuestra era, hace pensar que esa magnífica forma de arte se ha perdido para siempre.

 ¿Dónde están las pinturas más antiguas de China?

¿Para siempre? Tal vez no del todo. Pues aunque las pinturas de las paredes de palacios y templos no han sobrevivido hasta nuestros días. Lo que sí tenemos, gracias al enterramiento funerario tradicional, son centenares de metros cuadrados de pinturas murales preservadas dentro de tumbas excavadas en piedra o ladrillo.

Hasta ahora se han descubierto más de 70 tumbas con pinturas murales pertenecientes a la dinastía Han, repartidas sobre todo en regiones como Henan, Shandong, Shaanxi, Jiangsu y Sichuan. Cada una de ellas tiene características únicas, pero también comparten un repertorio temático y estilístico común que revela mucho sobre cómo concebían la muerte, el más allá y el papel del poder incluso después de la vida terrenal.

Aunque cada tumba puede contener solo unos pocos metros cuadrados de pintura, el total combinado de todas estas obras supera los miles de metros cuadrados, lo que las convierte en su conjunto en la mayor colección pictórica de la antigua China conocida hasta el momento. Las condiciones geográficas y culturales de cada región permiten descubrir importantes aspectos de la cultura de la época y el estilo de sus grandes artistas.

Transformaciones en la cultura funeraria

Las pinturas murales de las tumbas Han aparecen en un momento crucial de transformación en la cultura funeraria china. Hasta entonces, se creía que las almas de los difuntos descendían simplemente a las fuentes amarillas, un inframundo indeterminado donde desaparecían sin retorno.

Pero durante los Han, esta visión cambió radicalmente. Se desarrollaron nuevas creencias que sugerían que el alma podía viajar a otras dimensiones y que, de alguna manera, volvería a vivir en otro plano de existencia. Este cambio hizo que las tumbas dejaran de ser simples sepulturas para convertirse en espacios preparados para la otra vida: lugares decorados, equipados y llenos de imágenes que ayudaran al espíritu a reconocer su identidad y a encontrar su camino en el más allá.

Un tesoro para conocer el pasado

Más allá de su valor artístico, las pinturas murales son un auténtico documento histórico. Pues gracias a aún podemos conocer cómo eran los vestidos y peinados de la nobleza, qué instrumentos musicales se usaban, cómo era la vida doméstica entre las familias nobles, o las escenas de caza, ceremonias y banquetes que marcaban la rutina de los poderosos.

No se trata solo de arte, sino de un testimonio directo de cómo vivían, soñaban y morían los chinos de hace dos mil años.

Temática recurrente y simbolismo profundo

Aunque cada tumba es única, muchas comparten una estructura iconográfica común, que incluye:

– Los Cuatro Animales Celestiales; el dragón verde, el tigre blanco, el ave roja y la tortuga negra): guardianes de los puntos cardinales y guías del alma en su viaje.

– Carros funerarios y procesiones: reflejan el estatus del difunto y su tránsito hacia el mundo superior.

– Figuras humanas: servidores, músicos, guerreros, magistrados, e incluso el propio fallecido.

– Escenas de vida cotidiana: banquetes, cacerías, rituales, ofrendas.

Todo ello está organizado siguiendo una lógica espacial y simbólica cuidadosamente diseñada, para acompañar al difunto en su viaje espiritual.

Técnica y materiales: una tradición pictórica madura

Las pinturas murales de las tumbas Han utilizaban técnicas bastante avanzadas para su época. La preparación de las superficies: se extendía una capa de yeso o arcilla sobre los ladrillos o muros de piedra, para crear una base uniforme. Se usaban pigmentos minerales, como el rojo cinabrio, el negro de carbón, el verde malaquita, el blanco de plomo y el amarillo de oropimente. Primero se dibujaba la silueta con tinta negra o pigmento oscuro, y luego se rellenaba con colores planos, sin sombras ni perspectiva compleja, pero con gran expresividad. El resultado es una obra que, aunque plana, transmite movimiento, solemnidad y colorido, logrando un efecto impactante incluso hoy.

Un patrimonio en peligro

Lamentablemente, muchas de estas tumbas están en riesgo. Algunas fueron saqueadas antes de ser estudiadas. Otras sufrieron daños irreversibles tras su descubrimiento, debido a la humedad, la exposición al aire o incluso al turismo mal gestionado. Hoy en día, se calcula que más de 400 tumbas con pinturas murales han sido descubiertas en toda China, pero solo unas pocas están realmente bien conservadas.

Frente a esto, los arqueólogos y museos chinos han adoptado distintas estrategias. – Documentación fotográfica y digitalización 3D, extracción controlada de fragmentos para museos, clausura temporal de tumbas para evitar deterioro, reproducciones virtuales para el público

Una joya entre tantas: la tumba de Jijiazhuang (Anping, Hebei)

Entre las tumbas Han con pinturas murales, la de Jijiazhuang, en el condado de Anping, provincia de Hebei,  destaca especialmente por su belleza y extensión. Descubierta en 1971, esta tumba de ladrillo contiene más de 200 metros cuadrados de pinturas que representan diferentes escenas. La más impresionante es la procesión imperial con carros y guardias. Pero también están los animales mitológicos que custodian el camino, personajes celestiales que guían el alma del difunto, etc.

Las pinturas murales de las tumbas Han no son solo arte: son testimonios de una civilización que miraba la muerte como un nuevo comienzo, y que quiso acompañar a sus muertos con todo el esplendor posible. Son una parte esencial de la historia del arte mundial, y merecen atención, estudio y protección. Libros como Colección completa de pinturas murales descubiertas en China 《中国出土壁画全集》, con versiones digitales bastante asequibles, podrán satisfacer la curiosidad de los aficionados a la historia del arte.

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