lPrimavera en una ciudad pequeña: La mejor película de la historia de China
Todas las clasificaciones realizadas en los últimos años, colocan a una cinta, desconocida para el gran público, como la mejor película de China. Se llama “Primavera en una Pequeña Ciudad” y fue dirigida por Fei Mu en el año 1948. Llevaba un tiempo con ganas de verla, pero entre los líos con los libros, las webs, y esa pereza que nos ahora todo lo que se muestra en blanco y negro, he ido dejando pasar los días.
Por fin la he visto, y todas las loas de los críticos están más que justificadas. Es una película teatralizada en la que solo aparecen un puñado de personas. Un matrimonio joven, la hermana del marido, un viejo sirviente …. y un amigo que regresa a su ciudad de origen después de una larga separación.
La historia enseguida nos muestra que ando algo mal. La protagonista pasea por las murallas de la ciudad, volviendo a casa con las medicinas para un marido enfermo. Pero las murallas están en ruinas, como los muros de la casa a la que llega unos minutos después, y incluso la relación con ese marido con quien afirma sólo se ve tres-cuatro veces al día. Las primeras escenas son un recorrido, por tanto, por los diferentes aspectos en los que se manifiesta la ruina.
A esa ruina se oponen, desde el primer momento, la hermana del protagonista, con una alegría inocente y contagiosa, propia de sus 16 años, y poco después el amigo que llega a casa después de 10 años en el exterior.
La alegría no dura mucho. Él había estado anteriormente comprometido con la esposa de su amigo, y su presencia en la casa, que se extiende durante toda la duración de la película, hace revivir sentimientos románticos que parecían ya olvidados.
Cada escena, cada palabra, de hecho ese hablar tan lento hace la película recomendable para los estudiosos del chino, inviste a cada movimiento de intencionalidad, mostrando al espectador que cada escena es mucho más de lo que ve.
Los sentimientos se desbocan en los principales protagonistas y la acción se aproxima a su clímax, que acaba resolviéndose de forma inesperada.
Si la cinta es una exploración de los recovecos secretos del espíritu humano, es a la vez una fábula que muestra las diferentes respuestas que dan a los problemas las distintas personas.
Pero la trágica historia de amor contiene a su vez otras lecturas. Al menos una histórica y política, que nos muestra a China en una encrucijada. La protagonista pasea en la mayoría de las escenas exteriores sobre la muralla de la pequeña ciudad, una muralla ya casi destruida, cubierta de hierbas y sólo con unos pocos muros cada ciertos metros. La Muralla es el símbolo por excelencia de la China imperial, de la China tradicional. Ese mundo ya no existe más, se ha desmoronado y la protagonista pisa sobre sus ruinas, vive sobre sus ruinas. La casa que habitan, decorada al estilo tradicional, también está medio en ruinas. Aparte de las habitaciones que habitan, bien conservadas, alrededor se muestran continuamente los muros deteriorados. La primera impresión es lamentable. La casa es el mundo interior y la muralla el exterior, ambos reflejan la desaparición de esa China tradicional.
Y los protagonistas tienen que ajustar sus vidas a ese momento histórico en el que su mundo se ha desmoronado. Un mundo del que solo se ven esos cinco personajes, y en el que ellos también realizan papeles altamente simbólicos.
El marido de la protagonista, está enfermo a pesar de ser joven. Llama la atención cuando aparece, pues ella vuelve de comprar medicamentos, que tan joven y ya se vea casi imposibilitado por la enfermedad. De pulmón dicen, pero tanto su mujer como su hermana, los aspectos prácticos de la realidad, dicen “de la cabeza”. El representa claramente la cultura antigua de China, y cuando le vemos enfermo recordamos que los intelectuales chinos consideraban a su país enfermo, y cuando le vemos languideciendo sin ganas de hacer nada, también recordamos que se intentó revitalizar la cultura con los sucesivos movimientos de los intelectuales. Con esa cultura que languidece, la China del momento, la madre patria, la protagonista, ya no se puede comunicar, apenas intercambiamos tres o cuatro palabras cada día, y mucho menos amar, durmiendo en habitaciones separadas.
En medio de esa crisis existencial la llegada de un amigo de la infancia llena de alegría al enfermo. El contraste es continuo. Su amigo es elegante, activo, seductor, con ganas de vivir, viste siempre con un traje de tipo occidental, y es médico. Es la nueva cultura o tal vez encarna simplemente a los promotores de la nueva cultura, ellos, como Sun Yatsen que también era médico, quieren curar a la vieja cultura.
Además, enseguida se descubre que fue el amor de la protagonista, de la que ha estado separado 10 años. La película se estrenó en 1948. China había sufrido 10 años de guerra contra los japoneses, desde 1936 a 1945. La circunstancias históricas separan a China de su camino modernizador y la obligan a quedarse con su vieja cultura. Pero ahora las cosas han cambiado.
La película plantea que la nueva cultura tenga que eliminar o reformar a la vieja para poder seguir conservando la vida en la familia, la casa, que es el país, y ambas opciones quedan abiertas hasta el final de la cinta, como en el drama humano, hasta el final.
La protagonista señalando el futuro concluye la visión política de esta obra.
El doctor congenia muy bien con la hermana menor, pues ella ya es la nueva China. Ambos sienten una afinidad natural limpia y sin complejos, que supera todos los dramas. Los protagonistas, especialmente ella, están encerrados en un universo cerrado y asfixiante, como era el propio país en el momento.
La película, en definitiva es una obra que merece todos sus honores. Cada personaje consigue ajustarse a su papel ya la vez hacer del mismo un arquetipo universal. El ambiente íntimo e intimista va, sin que el espectador se de cuenta, cobrando un aire majestuoso que le hace desbordar el escenario. La trágica historia de amor envuelve al espectador por sí misma, pero a la vez muestra que cada paso, cada suspiro, es mucho más de lo que se ve. Una gran película que dejará una huella imborrable en el espectador.
Título: Primavera en una ciudad pequeña. 小城的春.
Director: Fei Mu.
Guión: Li Tianji
Año de Producción: 1948.
Duración: 1h, 38min.
Principales intérpretes: Wei Wei es la esposa Zhou Yuwen, Shi Yu el amigo Zhang Zhichen, Chaoming Cui el mayordomo Lao Huang, · Hongmei Zhang la hermana Meimei, y· Yu Shi el marido Dai Liyan.
Se puede ver la película: En Chino:
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