El Bautismo de los Moso

20050302

En general se considera que hay tres ritos que modelan la vida de las personas en la sociedad. El primero de ellos es el relacionado con su nacimiento, y con su incorporación por tanto a una sociedad. Los Moso celebran este rito al que llaman de "elegir un nombre" apenas ha nacido el niño. En el mismo día del nacimiento en el caso de que sea varón, o al día siguiente el caso de que sea mujer.

La ceremonia la suele dirigir o bien un lama, o un sacerdote Daba, pues ya es sabido que los Moso practican dos religiones: el lamaísmo que les llevaron los tibetanos, y su religión tradicional llamada Daba, un tipo de chamanismo que posiblemente también haya recibido influencias de la religión primitiva de los tibetanos. El que la dirija un representante de una religión o de la otra apenas afectará al desarrollo de la ceremonia, aunque como veremos luego, debido a los métodos utilizados para elegir el nombre, éste será diferente.

Al iniciarse la ceremonia, el oficiante lee las escrituras junto al fuego. La matriarca prepara una figura del arroz cocido que coloca en medio de una bandeja. En la mitad de esa figura se clavan cinco pares de palillos, que representan las montañas y los pinos. Rodeando a la figura de arroz se coloca sobre la bandeja un pollo entero, salchichas, huevos y carne de cerdo seca. Se pasa incienso sobre las ofrendas y se presentan ante el sacerdote que está leyendo las escrituras, como una forma de venerar a los dioses y antepasados. Entonces la matriarca o la abuela del niño le toma en sus brazos y juntándole las palmas de la mano le presenta ante el sacerdote, que mientras reza un golpea suavemente con el libro en la cabeza del recién nacido. Al acabar de rezar dice tres veces en voz alta el nombre elegido para el recién nacido e impregna con un poco de aceite su cabeza, deseándole que viva una vida larga y venturosa.

A continuación se lleva la bandeja con las ofrendas ante los ancianos, que sucesivamente irán tomando tres veces los palillos a la vez que dicen frases auspiciosas para el niño. Esto se considera que es una ofrenda a los dioses. Posteriormente hay que realizar la ofrenda a los antepasados. Para ello la matriarca toma un poco de las ofrendas en un cuenco y lo presenta ante los antepasados proclamando el nombre de cada uno de ellos. Al acabar, se pasa incienso sobre las ofrendas y se tiran al tejado de la casa, para que la coman los cuervos. Tras realizar tres veces esta actividad se pasa a venerar a los dioses del fuego, ofreciendo de nuevo sobre y bajo el fogón parte de las ofrendas. Al final se ofrece un muslo de pollo, un trozo de cerdo y un poco de vino a la familia del padre biológico. Lo que queda se reparte entre todos los asistentes.

Como vemos esta parte de la ceremonia de los Moso presenta grandes semejanzas con el bautizo de los cristianos. En ambas ceremonias vemos a un sacerdote leyendo sus sagradas escrituras, ante el que se presenta el recién nacido, al que el le da un nombre y la bienvenida al mundo de los fieles ungiéndole en la cabeza con aceite mientras proclama sus deseos más auspiciosos. En ambos casos tras la ceremonia puramente religiosa se celebra un banquete, que entre los Moso es casi simbólico.

Pero antes de celebrarse esta parte, se ha preparado previamente el sacerdote para ver las forma en que elige el nombre para el recién nacido. En esta parte la influencia china es manifiesta, alejándose por completo de las creencias comunes en Occidente. Para elegir el nombre se tiene en cuenta el signo del zodíaco al que pertenece la madre, colocándose cada signo en un marco que los relaciona con los cuatro puntos cardinales y los cuatro secundarios.

Así, se considera que la rata y el cerdo pertenecen al norte, el perro al nordeste, el tigre y el conejo al este, el dragón al sureste, la serpiente y el caballo al sur, la cabra al suroeste, el mono y el gallo al oeste y la vaca al noroeste.

La única diferencia entre que la ceremonia sea dirigida por un lama o por un Dapa, es que el primero colocará en cada dirección el nombre de uno de los cuatro tesoros del budismo, que combinándolos con los cinco elementos (tierra, madera, fuego, metal y agua) y el sexo del recién nacido le proporcionará su nombre definitivo.

En el caso de que sea un Daba, tendrá más en cuenta la hora a la que nacido el niño, y su relación con los cinco elementos para proporcionarle su nombre.

Una vez concluida esta ceremonia se considera que el niño pasa a formar parte de la comunidad.


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