Costumbres de los Kucong

Los Kucong son una de las minorías más pobres de China. Hasta los años cincuenta del siglo XX llevaban una existencia nómada en las selvas de los Montes Ailaoshan. Luego fueron capturados y asentados en algunas aldeas, pero aún mantienen muchos vestigios de esa su cultura nómada, y su subsistencia de la caza y la recolección.

Antes su aislamiento era tal que eran considerados "hombres invisibles", incluso el comercio para satisfacer sus necesidades de sal, ropa y artículos de metal, lo realizaban sin dejarse ver. Pues colocaban algunas hierbas medicinales u hongos del bosque apreciados por sus vecinos al borde del camino, y cuando alguien pasaba, sabían que los Kucong querían comerciar, y que podía llevarse esos productos del bosque dejándoles a cambio un cuchillo, una camisa o un poco de sal. Los Kucong observaban escondidos, pendientes con sus arcos preparados, de que el caminante efectivamente dejara algo.

La base de la alimentación de los Kucong es el maíz, que cocinan con algunas verduras que recogen y los animales que cazan, a veces asándolo al fuego directamente o cociéndolos en tubos de bambú o envuelto en hojas de plátano. Donde colocan el maíz y un poco de agua y tapando la abertura con unas hojas lo ponen al fuego. Las verduras o la carne las cocinan de igual forma, pero sin añadir agua. Apenas añaden sal, pues es muy escasa y sólo la consiguen por el comercio con otros pueblos.

Una vez cocinada la comida, la colocan sobre hojas de plátano, y, eso sí, la comen con palillos.

Las casas de los Kucong son pequeñas y estrechas. Muy bajas, de apenas un metro de altura. La estructura es de madera o de bambú, con un techo formado con hojas de plátano o de bambú. Hojas que como enseguida se marchitan, se deben cambiar cada mes o dos meses. Son tan pequeñas que a veces parecen las casetas que construyen los campesinos de los valles para cuidar sus cultivos.

Constan de una sola habitación sin divisiones, en el centro de la misma está el hogar, alrededor del que duerme toda la familia, así como sus perros, gallinas y cerdos. Ese cuarto suele ser muy oscuro pues no hay ventanas y sólo recibe la luz de la puerta y del fuego. No tienen mantas y se tapan sólo con algunas hierbas u hojas de plátano, por lo que a lo largo del año siempre mantienen el fuego encendido.

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