Religión de los Kucong

20050403

Los Kucong creen en la existencia de unos espíritus a los que llaman "nei" responsables de todo lo que pasa en la naturaleza y la sociedad. Desde los huracanes, a la buena cosecha o las enfermedades. Para que estos "nei" no les hagan daño realizan una serie de ritos y sacrificios, generalmente acompañados de ofrendas de pollos o cerdos, que tienen como intermediarios a los sacerdotes especializados en el trato con los dioses, llamados pimo.

Hay muchas categorías de estos sacerdotes o pimos, según el conocimiento que tengan de los "nei". Proceden siempre de la gente normal, y en cierta forma se considera que han sido elegidos por el cielo para su tarea. Los Pimo utilizan mucho la adivinación, generalmente colocando arroz en el interior de un cuenco, que luego esparcen en la palma de su mano mirándole tres veces a la vez que invocan el nombre de algún "nei".

Sus "nei" principales son los del Cielo, el Agua, la Montaña, el Viento, y el Dragón. El de la Cosecha y el de la Caza. Y los de las enfermedades más comunes, ya que cada enfermedad se considera que es provocada por un "nei".

Además del culto a estos espíritus, veneran a sus antepasados, para los que realizan ceremonias especialmente en el Año Nuevo y las otras fiestas importantes de cada año (La Fiesta del Dragón, Fiesta del Nuevo Grano, Fiesta de Junio). En cada casa hay una tablilla de bambú establecida en memoria de los antepasados, colgada de la pared, que se llevan con ellos cuando se mudan en una de sus frecuentes migraciones.

Cuando alguien muere dejan el cadáver junto al fuego de uno a varios días mientras se elige día propicio para enterrarle, le ofrecen arroz y unos palillos, y le sacrifican un pollo. Luego realizan los bailes funerarios y los cantos pertinentes y se avisa a los parientes que llegan desde otras aldeas, con pollos y cerdos que se sacrifican ante el cadáver, pero que sólo comerán los ancianos.

Eligen el lugar de enterrarle tirando un huevo. Si se rompe es buen lugar para hacer la tumba. Las mujeres no acompañan al cadáver.

Las tumbas se limpian una vez al año, cuando se les sacrifica un cerdo que todos comen ante la tumba.

El sitio donde muere un varón no se considera bueno, y se suelen quemar las casas y abandonar el lugar.


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