El amor entre los Jino

20040621

Los jóvenes Jino disfrutan de libertad sexual antes del matrimonio. En algunas aldeas incluso se construyen casas donde los jóvenes solteros de ambos sexos pasan la noche, aceptándose sin ninguna discriminación los hijos de madres solteras.

Los jóvenes al llegar a los 14 ó 15 pasan por una ceremonia de iniciación 1llamada "wureha". Al acabar la ceremonia, se reune toda la gente de la aldea y, sacrificando una vaca, les dan la bienvenida al mundo de los adultos. A partir de ese momento empieza una instrucción que les enseña los diferentes aspectos de la vida social, religiosa, productiva y sexual; de tal forma que al acabar la misma, son considerados adultos. Ya se les considera capaces de enamorarse, y dejan de pasar la noche en casa.

Entre los Jino son características las sociedades que reunen a los jóvenes. En la que participan los chicos se llama Raokao, la de las chicas, Mikao.

Los jóvenes se enamoran poco a poco, cuando ellos mismos se sienten seguros de su compromiso, sus padres arreglan posteriormente la boda.

Su matrimonio es monógamo, con vestigios de matrimonio de grupo, tal vez por haber pasado sólo en los últimos siglos a formar una sociedad patriarcal. De hecho, en la familia, como en la vida social, hombres y mujeres son iguales, aunque hay numerosos vestigios en su vida familiar y social, que recuerdan el tiempo no muy lejano en que su sociedad estaba dirigida por las mujeres.

Tras el matrimonio la mujer va a vivir a la casa del novio. El día de la boda una comitiva de la familia del novio va a buscar a la novia a casa de su familia, y la lleva a su casa. De camino a casa del novio se celebra un curioso rito, pues sus antiguos amantes le echan agua sucia, y al llegar a la casa la familia del novio le echa agua limpia. Tras el matrimonio son fieles, y si no, el infiel puede perder a su pareja.

No pueden casarse con la gente del mismo clan. En algunas aldeas hay castigos muy graves para el que viola este tabú. En cambio, cuando dos personas del mismo clan se enamoran y no se llegan a casar, se respeta y se deja manifestar ese vínculo afectivo hasta más allá de la muerte.

Cuando la mujer pare un niño se considera que no puede comer pollo, cerdo y otros animales grandes. Por lo que el marido sale a cazar una ardilla. Tras despellejarla y limpiarla, se hace con ella un sopa, que beberá la madre, y tendrá, según su tradición, efectos benéficos sobre el recién nacido.


| Home| Libros| Viajes| Arte | Nombre chino | Etnias | Horóscopo | Cultura | Quienes somos | | Contacto ||

Copyright © 2004 www.chinaviva.com