La religión de los Ersu y otros pueblos qiángicos del oeste de Sichuan

20061231

Al sur oeste en de la provincia de Sichuan, entre el río Dadu y el Yalong viven una serie de pueblos oficialmente considerados tibetanos, pero que hablan lenguajes que pertenecen a la rama qiangica de la familia tibeto-birmana. Sus culturas tienen muchas diferencias con las de los tibetanos, pero grandes semejanzas entre ellas. Tantas, como para que un estudio (1) de la religión mencione sus características comunes.

Se refiere al menos a ocho pueblos diferentes:

Namuyi
Paimuyi
Duoxu
Liru
Lusu
Munilou
Xumi
Ersu

La religión de todos ellos se basa en el culto a la naturaleza y a sus antepasados, que expresan de diferentes formas.

Culto a la naturaleza, lo expresan en varios elementos:

1.- Culto a la Piedra Blanca. La Piedra Blanca es para ellos una representación de los dioses, capaz de proporcionar paz a la familia. Cada casa tiene en la parte oriental tres piedras blancas. De la casa cuelgan hilos de cinco colores. Bajo la piedra hay una tabla donde se colocan las ofrendas. Generalmente se le ofrecen sacrificios cuando alguien de la familia está enfermo. Suele ser un pollo, aunque a veces llega a ser una oveja, o hasta un yak.

2.- Culto a los espíritus de las montañas. Ellos piensan que los dioses de las montañas gobiernan el mundo y les veneran en ceremonias en las que participa toda la aldea. Muchas veces amontonan piedras hasta formar un montón de un metro de altura, lo que consideran como un altar al dios de las montañas. Es en ese lugar donde le reverencian cada año. También realizan ceremonias en su honor cuando alguien se pone enfermo o sucede cualquier otro suceso considerado poco auspicioso. Entonces la gente de la familia lleva grano, vino y carne para ofrecer al Dios de las Montañas. En algunas zonas, en cada cruce de caminos hay un montón de piedras que han ido tirando los caminantes quemando incienso como ofrenda.

Cada diez años más o menos se realiza una solemne ceremonia llamada "gebi", en honor al espíritu de las montañas. En ella participa la gente de varias aldeas vecinas, aportando yak, ovejas, vacas, cerdos, etcétera, según su población. Se suele celebrar en el décimo o en el undécimo mes lunar. Además de los animales que se sacrifican, también hay una persona de la que se hace una especie de sacrificio ritual, pues se presenta completamente vestida de blanco y es quemada. Por supuesto no se le mata, sino que participa de forma más activa en la ceremonia. Generalmente es una participación hereditaria. Durante nueve días la gente pide ayuda y paz al dios de las montañas. En ese momento se piensa que el espíritu puede bendecir unas flechas, que posteriormente protegerán a los guerreros en la batalla.

3.- Culto al árbol. Se realiza en la unidad familiar, generalmente veneran a algún árbol muy viejo o de alguna especie determinada. Piensan que los espíritus de los árboles controlan las enfermedades, y cuando nace un niño o alguien de la familia se pone enfermo, realizan ceremonias en honor del espíritu del árbol, para que proteja al niño o cure al enfermo. Si alguien tiene picores por el cuerpo o hinchazón, se cree que es por el espíritu del árbol. Entonces se llama a un azhe o chamán, y se sube a la montaña a sacrificar una oveja o un pollo ante el espíritu del árbol.

4.- Dios del Cielo. Xuelewangjin. Regula todo lo que hay bajo el cielo, se le rinde culto el primer día del año.

5.- Diosa de la Tierra. Sajia o Hesukejia.

6.- Dios del Lugar, que se le venera sólo si hay malas cosechas.

7.- Dios del Fuego. Es una importante deidad del hogar, representada por las tres piedras del hogar, controlan el calor y salud de la gente de la casa. Se piensa que también pueden proporcionar riquezas. Por ello se le venera con un poco de incienso, vino y carne en cada fiesta, y especialmente en la fiesta de Año Nuevo, cuando se le hacen reverencias durante tres días.

8.- Dioses del Trueno. Tienen dos dioses del trueno, uno masculino y otro femenino.

9.- Dios del Agua, que controla los desastres del agua y algunas enfermedades como ampollas, de aspecto acuoso.

Culto a los espíritus.

Ellos piensan que todo el mundo tiene un alma, que no desaparece con la muerte. Si la muerte ha sido normal el alma queda en casa y protege a la familia, si ha sido funesta (violenta o por enfermedad) entonces se convierte en un espíritu que hace daño a las personas. Si alguien enferma, el chamán va a su casa, donde durante tres días y tres noches canta una serie de invocaciones a los espíritus, sacrificando una vaca. A su lado se lleva una figura humana hecha con paja, a la que se moja con la sangre del animal sacrificado. Se intenta pasar la enfermedad a esa imagen, que luego se llevará fuerza de la aldea. Con la sangre del animal sacrificado se intenta dar vida. Algunas enfermedades específicas tienen pequeñas variaciones en este ritual.

Culto a los antepasados.

Piensan que el espíritu de los ancestros es muy poderoso, y puede hacer que el ganado prospere, los cultivos crezcan favorablemente, en la familia la gente viva sana y el paz. Es por ello que son venerados, especialmente en tres ocasiones:

1.- Al morir, en el funeral.

2.- Cuando el chamán erige su tablilla en la casa.

3.- Cuando se pide al alma que vuelva con los antepasados, y se lleva la tablilla a la montaña, ceremonia que suele realizarse en el décimo mes lunar.

(1) He Yaohua.- Chuan xinan zang zu de xinyang minsu (Creencias populares trasmitidas entre los tibetanos del suroeste). En "Zhonghua minzu wenhua haixia liang yan xueshu taolun hui wen ji (Discusiones sobre la cultura de las minorías de China). Editorial del Pueblo de Yunnan. Kunming. 1993


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