Una aldea Wa a principios del siglo XX

Una aldea Wa es un lugar formidable, excepto para las armas ofensivas civilizadas. Es completamente segura contra todas las armas que poseen sus vecinos y no se puede realizar un ataque sobre ella excepto por un enemigo muy determinado, dispuesto a sufrir considerables pérdidas. Todas las aldeas está situadas en la parte superior de sus colinas, generalmente en un montículo, o en una estrecha quebrada cerca de la cresta de la cordillera.

Alrededor de cada aldea hay un muro de tierra, de entre dos a tres metros de altura y un espesor semejante, que está cubierto por una densa cubierta de espinos, finos arbustos y cactus, que la hacen completamente impenetrable. Al exterior de la muralla, a una distancia variable, se suele excavar un foso profundo que puede evitar un asalto, aunque no que un hombre ágil lo atraviese saltando. Su profundidad es formidable y cualquier que caiga en él puede romperse un miembro, sino la cabeza. Esta sima está cuidadosamente oculta y es una efectiva protección contra los ataques nocturnos.

La única entrada a la aldea es a través de un largo túnel, habitualmente sólo uno aunque a veces dos, a ambos extremos de la aldea. Se suele construir como una casamata o un camino hundido, a veces con postes y trozos de madera y otras con tierra y espinos sobre ella con sus ramas entrelazadas formando una red densa y tupida. Es tan estrecho que dos personas no pueden pasar a la vez y levemente torcido para que no se pueda disparar a su través, además a veces está tachonado de estacas, que previenen de un asalto. Estos túneles suelen tener entre treinta y cien metros, con una puerta interior formada por uno o dos pesadas maderas cerradas con un cerrojo de madera. Por lo que es muy difícil entrar en una aldea Wa sin el permiso de sus habitantes.

Dentro de la verja las casas se encuentran sin ningún orden aparente, y el carácter quebrado de su terreno de hecho impediría trazar calles. Esas casas están construidas sobre pilotes, generalmente tan altos, que una persona puede ponerse de pies bajo ellas. Construidas con madera y bambú, son más sólidas que las de sus vecinos. Cada casa está rodeada por una pequeña verja dentro de la que se plantan una serie de estacas con forma de "Y" en número igual al de búfalos que se han sacrificado a los espíritus. Es un símbolo del prestigio y riqueza de la familia, y las más poderosas tienen filas de estacas de esta forma. En una esquina del patio están las calaveras de dichos búfalos, como prueba de la buena fe de las estacas. Debajo de los pilotes viven los cerdos y gallinas.

La casa de los jefes se distingue porque las vigas del pórtico se prolongan hasta cruzarse en lo alto, una cruz a veces alegremente decorada, así como por la gran cantidad de estacas sacrificiales que se encuentran en su patio.

Según la descripción de Sir James G. Scott, en Gazetteer of Upper Burma and the Shan States. 1900

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