La busca del alma entre los Pumi de Lanping

Los Pumi de Lanping piensan que hay dos tipos de espíritus, lo de los vivos y los de los muertos. Los de los vivos codician la comida y la ropa de una persona, y a veces, basta con cruzarse con una persona cuyo espíritu codicia para sentirse enfermo posteriormente. Para ello en cuento se regresa a casa se corta una tablita de madera, se pone al fuego y se hecha sobre ella un poco de harina de huesos y una ropa ya cosida en papel, dejando que el enfermo suspire al cielo, orando después: "Lo que quieres comer y quieres vestir, nosotros te lo damos. Por favor libera a esta persona de la enfermedad y vete." Después de quemar esas cosas se colocan sobre la tabla y se llevan a un cruce fuera de la aldea, donde se dejan y se vuelve sin mirar atrás.

Otras veces consideran que el alma ha abandonado a la persona mientras dormía, entonces realizan la siguiente ceremonia. En mitad de la noche, cuando se escucha el primer canto del gallo, su madre u otro familiar sale a la puerta de la casa con el gorro o tocado del enfermo. Llama a la puerta tres veces, la abre, y murmura el nombre del enfermo, reza la siguiente plegaria:

"Fulano, vuelve rápido
No te escondas bajo el gran árbol
Los tigres y leopardos te podrían comer
No te ocultes al lado del camino
Lobos y chacales pueden llegar corriendo a comerte
Si sigues afuera es muy peligroso
Seguro que estás pasando hambre
En casa la comida ya está caliente
Todos te esperan para comer y beber
Vuelve rápido, vuelve rápido."

Si llamándole de esta forma durante tres noches el enfermo no se recupera irán en busca de un adivino para que adivine. El adivino estudiará los lugares por donde se movió el enfermo. Tras adivinar, en el árbol donde vea bajar una arañita se dirá que es el alma del enfermo que se acerca a él.

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