Shangrilá: Viaje por las fronteras chino tibetanas

Reflexiones sobre la historia

Ahora la geografía y la historia se estudian a la vez, ya no se necesitan libros y documentos, se usan métodos científicos absolutamente objetivos: "Aquí hubo un río hace 500 años", dice la fotografía aérea. "Y aquí una tremenda masacre", muestra el análisis del suelo. Más allá, la presencia de hierro en cantidades anómalas señala que se libró una tremenda batalla, y más cerca de la ciudad aún se perciben los restos de la última línea defensiva con la que los ciudadanos intentaban escapar a la triste suerte del vencido. En realidad ya no hace falta excavar mucho, todos sabemos cómo son las espadas y podemos imaginar las mil formas de morir. Pero el historiador se mete hasta el fondo del asunto, es su tarea, es lo que le demanda la sociedad. Un forense no puede decir: "Está muerto" y largarse a su casa. Lo que se espera de él es que reconstruya a partir del cuerpo inerte de lo que fue una persona, una biografía en base a la objetividad.

El historiador lo mismo. Tiene que describir todas las formas de opresión, todas las heridas, todas las muertes, todas las violaciones. La historia es una ciencia que produce dolor.

Algunos se rebelaron y dijeron: "No, no. Lo que importa es la vida de la gente en esa sociedad". Y tras arduos años de investigación descubrieron que el campesino del Reino de Nanzhao se levantaba, comía y dormía; que su año discurría entre la época de plantar el arroz y la de recogerlo, con un respiro ocasional; y su vida se extendía desde el nacimiento a la muerte. Más o menos lo mismo que ahora, lo mismo que el campesino del Norte de China, y el del pueblo al lado de mi casa. Eso a nadie le interesa.

Aquí hubo un infierno, una dominación, un suceso destacable, que se llamó Reino de Nanzhao. En aquella época, el siglo VIII, la región que rodea el lago estaba repartida entre seis reinos que mantenían un cierto equilibrio político. El equilibrio desapareció cuando Piluoge, el rey del que por estar situado más al sur era conocido como Nanzhao (Reino del sur), aprovechó su mayor capacidad económica y militar, su mayor brutalidad, para acabar con los otros, unificando la región bajo su mandato.

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Reflexiones sobre la Historia: (p. 267)

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