Costumbres de los Dulong

La vida social de los Dulong estaba organizada en torno a 15 clanes patriarcales, cada uno con varias familias con su territorio.

Antes los Dulong tenían la costumbre de vivir en lo alto de los árboles, pero esa costumbre ya ha desaparecido casi por completo. Ahora en las aldeas ( o ke'eng en su idioma) viven en casas grandes los descendientes del mismo antepasado, dirigidos por un kashan con deberes administrativos y ceremoniales, dirigiendo la guerra y mediando en las disputas. Las decisiones se toman en reuniones del consejo bastante democráticas. La vida se realizaba en común, cuidando de ancianos, huérfanos y pobres. Recibían cálidamente a los forasteros.

Cuando alguien mata a un cerdo, hace trozos iguales para cada familia de la aldea, e incluso para los posibles forasteros presentes.

Su alimentación se basaba en una palmera que crece en sus tierras llamada "Dongzongshu", con cuya pulpa molida hacían una pasta llamada "Alei". Para ellos es un árbol sagrado pues ha sido vital para su supervivencia. De hecho un árbol un poco grande se puede cambiar por una vaca.

En las fiestas, en cambio, suelen comer cerdo y pollo cocinado con licor. Un licor de poca graduación que ellos mismos destilan a base de diferentes cereales.

Antes hombres y mujeres iban desnudos de cintura para arriba, vistiendo faldas de hojas o tejidas con pieles de animales. Luego empezaron a vestirse por influencia externa. Ese vestido, que en las publicaciones oficiales se presenta como el traje tradicional de los Dulong, son sólo unas telas bastas, malamente cosidas, sin ningún tipo de significado cultural para los Dulong.

Los Dulong practicaban cultivo de roza y quema. Crían algunos animales domésticos, como vacas, cerdos y pollos, pescan con cestas en los ríos de montaña y complementan su dieta con la caza y la recolección. El territorio a cultivar se dividía en parcelas comunes y otras privadas.

Honrados y pacíficos, cuando salen de caza van dejando paquetes de comida colgados de los árboles, que recogen a la vuelta. Tienen la costumbre de reir con los extranjeros como signo de hospitalidad. No obstante, si hay algún delito, utilizan los "juicios de fuego" un poco al estilo de la Edad Media en Europa.

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